Zefiro torna – Claudio Monteverdi (1567 – 1643).
(Chacona, “Scherzi Musicali II” – Venecia, 1632).
Intérprete: L’ Arpeggiata – Directora: Christina Pluhar.
– Nuria Rial (Soprano).
– Philippe Jaroussky (Contratenor).
Imágenes: Pinturas de Albert Bierstadt (Norteamérica).
LETRA:
Zefiro torna e di soavi accenti
l’aer fa grato e’il pié discioglie a l’onde
e, mormoranda tra le verdi fronde,
fa danzar al bel suon su’l prato i fiori.
Inghirlandato il crin Fillide e Clori
note temprando lor care e gioconde
e da monti e da valli ime e profonde
raddoppian l’armonia gli antri canori.
Sorge più vaga in ciel l’aurora, e’l sole,
sparge più luci d’or; più puro argento
fregia di Teti il bel ceruleo manto.
Sol io, per selve abbandonate e sole,
l’ardor di due belli occhi e’l mio tormento,
come vuol mia ventura, hor piango hor canto.
La chacona es una danza en tres tiempos de origen hispanoamericano que, a través de España, se difundió por Europa durante el siglo XVII. La chacona desarrollaba un tema melódico al que se aplicaban variaciones en el bajo (basso ostinato). Su origen alegre y vivaz evolucionó en el siguiente siglo a una danza más cadenciosa.
Claudio Giovanni Antonio Monteverdi (1567, Cremona – 1643, Venecia) marcó la transición entre la tradición polifónica y madrigalista del siglo XVI y el nacimiento del drama lírico y de la ópera en el siglo XVII. Es la figura más importante en la transición entre la música del Renacimiento y del Barroco.
En 1599 se casó con Claudia de Cataneis, y en el año 1607 se estrenó L’Orfeo, favola in musica, su primer drama musical, considerado la primera ópera de la historia.
Su siguiente ópera Arianna (1608), cuya música se ha perdido, excepto el famoso “Lamento”, consolidó su fama.
En 1613 fue nombrado maestro de coro y director de la catedral de San Marcos de Venecia, el cargo más importante en la música occidental de la época, donde compuso la mayoría de su obra sacra.
Claudio Monteverdi compuso dos madrigales titulados “Zefiro torna”, uno compuesto para cinco voces sobre un soneto de Petrarca: “Zefiro torna el bel tempo rimena”, y publicado en su Sexto libro de madrigales (1614); y el que hoy nos ocupa “Zefiro torna e di soavi accenti” compuesto para dos tenores y bajo continuo, basado en un texto de Ottavio Rinuccini (autor del libreto de la desaparecida ópera Arianna, también de Monteverdi) y publicado en “Scherzi Musicali II” (Venecia, 1632). La pieza en cuestión adopta la forma de una ciaccona (chacona), con su línea de bajo recurrente y es el primer caso conocido de un dúo vocal que usa tal ritmo como acompañamiento.
El poema “Zefiro torna”, un soneto, es una oda a Céfiro, el viento del oeste que trae la primavera y su capacidad para hacer florecer las oportunidades para el romance o el amor.
Monteverdi compuso esta pieza como una parodia del estilo madrigalístico tal y como había evolucionado gracias a los compositores de la ‘seconda pratica’, escuela de la que él mismo era el máximo exponente.
La seconda pratica, llamada así por Monteverdi para diferenciar su forma de componer de la de autores previos como Palestrina o Zarlino, se caracteriza por supeditar el entorno musical al texto y por usar libremente la disonancia como recurso expresivo. En Zefiro torna, Monteverdi exagera estos recursos con fines cómicos. La palabra “mormoranda”, por ejemplo, se canta en un murmullo que dura más de lo que sería estrictamente necesario. Poco después, la primera voz canta “e da monti” escalando hasta lo más alto de su registro, mientras la segunda voz canta “e da valli” bajando hasta su zona más grave. En la segunda parte, el optimista ritmo de ciaccona se para y cambia dramáticamente para expresar la desesperación por no haber encontrado a la amada. En el último verso, la palabra “piango” sigue una patética progresión armónica que parece alejarla de la tonalidad original hasta que la palabra “canto” devuelve la tonalidad, el ritmo y el optimismo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Claudio_Monteverdi